Neurofeedback

Innovación en el Tratamiento del TDAH

Una solución avanzada para mejorar la atención y el autocontrol en niños con TDAH

   El neurofeedback, también conocido como retroalimentación electroencefalográfica, es una técnica neurocomportamental que enseña a las personas a autorregular patrones específicos de actividad cerebral, aplicando estas habilidades en su vida diaria. Este método se utiliza principalmente para tratar el TDAH mediante dos enfoques: el entrenamiento con potenciales corticales lentos (SCPs) y el entrenamiento con ondas theta/beta.

   Durante las sesiones, se colocan electrodos en la frente y el lóbulo de la oreja del niño para monitorear la actividad cerebral, la cual es procesada por un software especializado. El proceso convierte esta información en una actividad interactiva, como un videojuego, donde el cerebro es el único controlador. Cuando el niño mantiene patrones cerebrales adecuados, el juego avanza; si pierde la atención, se detiene.

El neurofeedback es una técnica segura y efectiva, especialmente en niños con TDAH.

   El neurofeedback es una técnica segura, no invasiva y efectiva, especialmente en niños con TDAH, debido a su carácter motivante y atractivo. Para obtener resultados, se requieren varias sesiones (a menudo visibles desde la décima), ajustándose la frecuencia con el progreso. La clave del éxito radica en la motivación del niño y su compromiso con el entrenamiento.

   Este tratamiento se basa en el aprendizaje, permitiendo al niño identificar errores y ajustar funciones normalmente fuera de su control consciente, como la atención, la planificación, el autocontrol y la inhibición de distracciones.

   Entre sus beneficios destacan:

   Esta técnica proporciona un enfoque innovador, eficaz y sostenible para el tratamiento del TDAH, con efectos positivos duraderos en múltiples áreas del desarrollo infantil.

Preguntas y respuestas más frecuentes

¿Qué es el neurofeedback?

El neurofeedback es una técnica que utiliza la actividad cerebral para entrenar el cerebro a regular su propio funcionamiento. Se basa en el principio de retroalimentación (feedback) y se utiliza para ayudar a mejorar diversas condiciones, como la ansiedad, el insomnio, el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), entre otras.

Durante una sesión de neurofeedback, se colocan electrodos en el cuero cabelludo del paciente para medir la actividad eléctrica cerebral. Esta información se procesa y se muestra en tiempo real (generalmente como imágenes o sonidos) en una pantalla. El paciente recibe la retroalimentación y aprende a modificar su actividad cerebral para lograr estados más equilibrados.

El neurofeedback puede utilizarse para tratar diversas afecciones y mejorar el rendimiento cerebral en general. Algunos de los usos más comunes son:

Sí, el neurofeedback es generalmente considerado una técnica segura. No involucra medicación ni intervenciones invasivas. No obstante, siempre es importante acudir a un profesional capacitado para asegurar que la terapia se aplique correctamente.

La mayoría de las personas no siente dolor ni incomodidad durante las sesiones de neurofeedback. Solo es necesario colocarse electrodos en la cabeza, y luego se observa una pantalla mientras se recibe retroalimentación. Algunas personas sienten relajación o concentración durante o después de la sesión.

Sí, el neurofeedback puede ser útil para niños, especialmente para aquellos con trastornos como el TDAH o problemas de ansiedad. A menudo, los terapeutas adaptan las sesiones de neurofeedback para que los niños encuentren la experiencia interesante y atractiva, utilizando juegos o imágenes en la pantalla.

El neurofeedback no necesariamente reemplaza la medicación, pero en muchos casos puede ser una alternativa o complemento a los tratamientos farmacológicos. Algunas personas logran reducir su dependencia de medicamentos después de realizar neurofeedback, pero esto siempre debe hacerse bajo la supervisión de un médico.

El número de sesiones depende de cada persona y del trastorno que se esté tratando. En general, las sesiones suelen ser semanales, y muchas personas requieren entre 15 y 30 sesiones para obtener resultados satisfactorios. El terapeuta puede ajustar el número de sesiones según el progreso de la persona.

El neurofeedback es bastante seguro y los efectos secundarios son raros. Algunas personas pueden experimentar una ligera sensación de fatiga, tensión o mareos después de una sesión, pero estos efectos suelen ser temporales y desaparecen rápidamente. Si se experimentan efectos secundarios persistentes, es importante consultar con el terapeuta.